EJERCICIOS ESPIRITUALES COMUNIDAD HERRERA Y CAIRO

Del 24 al 28 de febrero tuvimos como comunidad nuestros Ejercicios Espirituales anuales, dirigidos por Maribel Clemente, ODN.
Cuando el Señor se hace presente, nos cambia la vida. Esto nos sucedió a nosotras, en esta última etapa de nuestra existencia.
Ha sido una experiencia hermosa, tanto personal como comunitaria. Hemos sido tocadas por el Señor y desde el comienzo, al impulso del Espíritu, brotó en nuestro corazón el agradecimiento a Aquel que constituye el sentido de nuestra vida. Amor, bondad, confianza y perdón fueron de la mano para sentirnos vivas, muy amadas del Señor y “apapachadas”.
Llamadas a estar con Él como “el discípulo amado”, beber el agua que apaga la sed y que está en nuestro corazón; agua que nos hace disponibles para seguirlo, acompañadas de María Nuestra Señora, cuya presencia fue la madre que nos lleva ante el Hijo para hacer lo que Él nos diga.
Pedimos la gracia de sintonizar con los sentimientos de Cristo en sus palabras de despedida, Jn. 14. Sentimos y gustamos este horizonte de VIDA: “mantengan la esperanza, amaos las unas a las otras y perdonaos como el Padre os perdona, yo continuaré con vosotras por el Espíritu. Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Llamadas a permanecer con Jesús como María, a la aceptación de la realidad de nuestra vida, confiadas en su amor. Buscar y hallar a Dios en todas las cosas, ser hermanas, lavar y dejarnos lavar los pies, ser una comunidad que anuncia con la vida el Evangelio.
Estamos alegres. El Señor nos ha reconstruido por dentro y nos sentimos agradecidas por tanto amor que Dios nos regala.
Esta es la Buena Noticia que recibimos. El encuentro con un hombre, Jesús de Nazareth, que nos hace mujeres felices.