Para mí el formar parte de la Red Laical Ciudad de México es un llamado a seguir mi vida con más confianza de la mano de María y de las enseñanzas de Santa Juana de Lestonnac, e inundar a mi familia de este regalo precioso.
El compartir la fe y el acogimiento afectuoso entre nosotros, me llena de esperanza y hace la diferencia en mi hogar y en quienes me rodean en los difíciles momentos que atravesamos.

Mi experiencia con Compañía de María ha sido siempre enriquecedora y a la vez me he acercado más al ámbito docente, descubriendo mi pasión por la Educación.

Para mi es un privilegio formar parte de esta Red Laical para colaborar con un granito de arena dentro de la misión que nos es encomendada, de ser instrumentos para construir el Reino de Dios y de cuidar la Casa Común que nos ha sido encomendada.
Es gratificante estar en un hermoso grupo donde coincidimos en identificarnos con la misión de la Compañía de Maria y seguir aprendiendo de la fundadora Santa Juana de Lestonnac.

Para mí el grupo de laicos es un espacio que me permite nutrirme del amor de Dios y de la Virgen, a través de la compañía de grandes seres humanos que comparten su interioridad y me ayudan a crecer espiritualmente.

Soy testigo que las familias se transforman viviendo día a día a Dios Nuestro Señor en Compañía de María.

En la Compañía de María encontré acogida, durante varios años como madre de familia, y ahora que mis hijos han crecido, como parte de la Red Laical. Ellas siempre me han demostrado con hechos que les importamos como personas y nos enseñan que a nuestro lado siempre está la Niña María, Santa Juana de Lestonnac y por supuesto Nuestro Señor.

Red Laical significa para mi una puerta de grandes bendiciones: amor compartido, esperanza, un camino de retos sembrando semillas por aquí y por allá, de la mano de Dios nunca sola.
Red Laical es la fortaleza, el espíritu Santo que se sobrepone ante la adversidad, que me anima, acompaña y da sabiduría para continuar.
